crear contenido que posicione

Probablemente este artículo sobre posicionamiento SEO no sea el primero que leas, y es el posicionamiento web no es una cosa nueva, sino que lleva años en la ‘cresta de la ola’. Pero, ¿por qué está empezando a adquirir tanta relevancia ahora? En realidad, los beneficios del posicionamiento SEO son múltiples pero no ha sido hasta hace poco que esta técnica de marketing digital ha democratizado su acceso a los pequeños y medianos negocios. Gracias a la alta competitividad que ha desarrollado el mercado y la especialización de las agencias de marketing online, el posicionamiento SEO es más barato  y accesible que nunca. En el artículo de hoy te damos diez claves para posicionar rápidamente tu página web.

Define tus objetos​

No hay viento favorable para quien navega sin destino. Por eso, para alcanzar tus objetivos de negocio a través de una estrategia de contenidos, necesitarás establecerte metas medibles y realistas. Es la única forma de comprobar que lo que haces, funciona y te sirve para lograr tus resultados.

Sin embargo, definir objetivos no es tan fácil como parece. La mayoría de personas y empresas fracasan porque no saben marcarse los objetivos adecuadamente, ya sea por:

  • Son objetivos demasiado ambiciosos que no se pueden cumplir
  • Son objetivos ambiguos que no se concretan en acciones fácilmente ejecutables
  • Son objetivos que no se pueden medir y perdemos la trazabilidad de su progreso
  • Son objetivos demasiado que no se ajustan a nuestra realidad económica, humana o material y que no tenemos forma de alcanzar
  • Son objetivos indefinidos que no tienen un periodo marcado en el tiempo

Podríamos seguir con esta lista hasta la eternidad, pero lo cierto es que existe una fórmula de éxito para marcarse y cumplir los objetivos, llamada SMART. Lo que nos dice básicamente esta fórmula es que los objetivos deben ser:

  • Específicos (S): Los objetivos deben detallarse de forma concreta y correcta, de manera que si queremos realizar dicha acción, sepamos con detalle cómo debemos realizarla y no quedan dudas o ambigüedades sobre su ejecución.
  • Medibles (M): Es la única forma de comprobar si lo que estamos haciendo, funciona. Nuestros objetivos deben poder computarse preferentemente de manera cuantitativa, aunque también podríamos optar por técnicas de medición cualitativa si las características de nuestro trabajo u objetivos así lo requieren.
  • Alcanzables (A): De nada sirve establecer metas a las que no podemos llegar. Para evitar que nuestros objetivos se queden en papel mojado, debemos trazar metas que podamos alcanzar con nuestros recursos disponibles. Ya tendremos tiempo de ir escalando a medida que vayamos consiguiendo objetivos más pequeños.
  • Relevante (R): Los objetivos tienen que cumplir un propósito específico para nosotros, es decir, que deben dar respuesta a un problema o necesidad real.
  • Temporales (T): Debemos limitar los objetivos en el tiempo, marcando una fecha de inicio y otra de fin.

Ahora que sabes cómo definir objetivos de manera exitosa, pregúntate cómo una estrategia de contenidos te puede ayudar a alcanzar un determinado objetivo para dar respuesta a una necesidad de tu negocio. Por ejemplo, si acabas de lanzar una marca nueva, necesitas generar conocimiento en tu público. El objetivo, por tanto, podría ser generar tráfico en tu página web. Si lo traducimos a objetivos SMART, podría quedar algo así:

  • Aumentar un 15% el tráfico que recibe la página web de mi negocio en un plazo de tres meses utilizando técnicas de posicionamiento SEO.

¿Lo ves? Aquí tenemos el qué (aumentar el tráfico) el cómo (a través del SEO) el cuándo (en tres meses) y el por qué (para darnos a conocer). Y es realista para prácticamente cualquier negocio con una página web porque el SEO requiere poco o ningún dinero.

Ahora que tienes tus objetivos marcados, tienes que alinear tus objetivos de contenido con tu estrategia de mercado.​

No pierdas el tiempo generando contenido de forma caprichosa: ten presente tu estrategia de mercado. No se encuentra en la misma situación una marca que acaba de lanzarse al mercado y todavía no conoce nadie porque tiene un margen de crecimiento importante, que otra marca mucho más madura que ha tocado techo y ahora decide diversificar. Mientras que en el primer caso lo más habitual es lanzar acciones que generen impacto en cuotas de público muy altas, en la segunda situación sería preferible atacar directamente a nichos de mercado.

Teniendo esto presente, piensa siempre en el beneficio del usuario y no lo hagas necesariamente con un enfoque comercial, sino aportando valor para convertirte en una autoridad para tus consumidores. La venta será una consecuencia de todo esto, si lo haces bien.

Investigación de la audiencia​

Piensa a qué público estará destinado el contenido que vas a generar. Hay muchos criterios distintos para evaluar a los públicos y todos tienen sus peculiaridades. Por ejemplo, si tenemos una marca de cosméticos que fabrica distintas líneas de productos, no sería lo mismo generar contenido para una gama destinada a hombres, que a otra para mujeres.

En este caso estaríamos definiendo a la audiencia por la categoría de producto y aunque es válido, también hay formas de pensar en la audiencia a la que queremos llegar. Por ejemplo, si el contenido que vamos a hacer es centrada en el posicionamiento SEO, deberíamos considerar el customer journey (esto es, el recorrido que hace el usuario desde que nos conoce, hasta que nos compra).

Pensar en estos términos no es excluyente, sino complementario. Es decir, que perfectamente podemos tener en cuenta el customer journey a la hora de investigar a la audiencia, mientras priorizamos el público que compra una determinada categoría de producto y no otra. En conclusión, entiende todas las dimensiones sobre las que vas a trabajar y posteriormente analiza cómo son esas audiencias, qué necesidades tienen y cómo se comportarían en relación a tu marca.

 

Análisis del embudo de ventas (o funnel)​

Esto está bastante conectado con lo anterior. Si al investigar a la audiencia tuviste en cuenta el punto en el que se encuentra en relación con tu proceso de compra, entonces ya has pensado en el embudo de ventas.

El embudo de ventas es un proceso, por lo que encontrarás a tu audiencia en todas las fases. Habrá personas que tengan un problema al que todavía no le han puesto nombre (a esto lo llamamos tráfico frio) y otras que han investigado tanto que ahora se encuentran evaluando distintas soluciones antes de tomar una decisión (esto sería el tráfico caliente). Generar contenido para alguien que se encuentra en una fase temprana y otra que está a punto de comprar, es distinto. Las inquietudes que tienen son diferentes y por tanto, también deben serlo las respuestas que les demos.

Utiliza el storytelling en tu estrategia de contenidos​

Posicionar para motores de búsqueda está bien, pero hacerlo para tus consumidores está mucho mejor. Después de todo, no solo queremos llegar a muchas personas, sino que una vez alcanzadas, estas se queden por nuestro contenido (es lo que llamamos ‘retención de la audiencia’).

Una técnica para mejorar la retención de la audiencia es contar historias o storytelling. Creando contenido de valor, útil y de interés, refuerzas tu identidad de marca ante los ojos de tus consumidores, mejoras la relación con ellos y te distancias de la competencia. Aunque hacerlo no es fácil, existen recursos literarios que te ayudan a dar forma a estos contenidos. Haz un esfuerzo por crear un impacto positivo y deja la venta en un segundo platno.

Planifica tus contenidos​

Uno de los problemas más habituales por los que no se consiguen los resultados deseados es la falta de planificación. Generar contenido de valor parece fácil, pero lleva tiempo y esfuerzo. Si el tiempo no te permite generar contenido de valor a diario, hazlo con carácter semanal o quincenal, pero comprométete a mantener una determinada periodicidad.

Respetar los tiempos es fundamental, y no únicamente porque los motores de búsqueda premian la periodicidad en las publicaciones y las actualizaciones de los contenidos, sino porque consigues mantener el recuerdo en la mente de tus consumidores y refuerzas la fidelidad entre tus seguidores.

Puedes hacer todo con esto con algo tan simple como un Excel o cualquier otra hoja de cálculo. Crea columnas para las ideas, el formato en que lo vas a publicar, el objetivo al que responde cada acción, los elementos multimedia si los hubiera… y así hasta que consigas un tablero a medida. En este documento es muy importante que estén presentes también los tiempos si queremos que los objetivos que nos hemos marcado se cumplan en el plazo establecido.

Desarrolla ideas pensando en los problemas de tu público​

No le tengas miedo al papel en blanco. Al principio puede resultar difícil enfrentarse a una hoja de cálculo totalmente vacía, pero desarrollar contenido que interesa a tu público es más sencillo de lo que parece. Piensa que, después de todo, nadie va a saber tanto sobre tu negocio como tú mismo. Lo único que debes hacer es plasmar esos conocimientos de una forma sencilla y atractiva.

Un buen punto de partida es desarrollar contenido que resuelva problemas concretos de tu público. El producto o servicio que ofreces ya está pensando para mejorar la vida de las personas, pero seguramente no todos te compren por las mismas razones. Además, un mismo tema puedes enfocarlo desde muchas perspectivas: puedes hablar de tu producto contando la experiencia real de algún cliente, puedes hacer demostraciones de uso, puedes hablar de los beneficios… la lista de opciones es interminable.

Lo más importante aquí es que desarrolles el contenido priorizando la utilidad que el público pueda obtener de ella, y no bajo un enfoque puramente comercial. No olvides que ellos no saben lo mismo que sabes tú, ni tienen las mismas preocupaciones. Las compras vendrán después como una consecuencia de todo ello.

Elabora un briefing que incluya tus objetivos y métricas​

Ahora que tienes las cosas más claras y ya has trazado una hoja de ruta, debes establecer un documento que te permita hacer un seguimiento y medir los resultados de tus acciones. Este documento te servirá para saber qué acciones están ofreciendo un buen rendimiento y cuáles uno malo. El objetivo es desarrollar o repetir aquello que gusta, y depurar lo que no reporta grandes beneficios.

Es previsible que algunas de nuestras hipótesis no se cumplan y tengamos que descartar acciones que habíamos planificado previamente. A veces tomamos decisiones equivocadas como consecuencia de una mala previsión, una fuente de información incorrecta o incluso su falta de información, o un sesgo personal. Tranquilo, no es un problema. La cuestión es que tengamos capacidad de detectar lo que funciona de lo que no para que podamos corregir las deviaciones. Eso será lo que nos permita alcanzar nuestros objetivos.

Pon en marcha tus contenidos aprovechándote de las características que hacen únicas a cada plataforma​

Independientemente de que hayas optado por crear un blog en una página web o una cuenta con videos en TikTok, deberías aprovechar las ventajas únicas de cada espacio para conseguir los resultados que necesitas. Tanto el SEO como el marketing de contenidos en redes pueden ayudar a conseguir mucho tráfico, pero no de la misma manera ni con el mismo tipo de público.

En esa investigación previa que hemos hecho de la audiencia, deberíamos tener algunas pistas sobre cómo son esas personas, dónde están y qué tipo de contenido pueden consumir. Seguro que quien lee textos de 2500 palabras no busca lo mismo que alguien que ve videos virales de 30 segundos. Por tanto, cuando te decidas por un canal, adapta el contenido y aprovecha el algoritmo para que tu contenido se vea beneficiado. ¿Necesitas pistas? Te damos algunas de ellas:

  • TikTok viraliza rápidamente videos sin necesidad de que tengas una comunidad de usuarios. Aunque no te siga nadie, es fácil que miles de personas te vean si haces contenido divertido. ¡Eso sí, aquí no hay nada de imágenes ni de texto!
  • Instagram está muy bien para generar interacción con los usuarios. El abanico de posibilidades que te da para crear comunidad es enorme, pero es cierto que cada día cuesta más viralizarse con su contenido. Ahora está dando más peso al video, pero tienes una gran cantidad de formatos por los que apostar, como las historias o los carruseles.
  • Un blog en tu página web. Quizás no parezca tan divertido, pero puede ser hasta más fácil que montar un video o diseñar un feed en Instagram (si el diseño no es lo tuyo). Además, te ofrece una cantidad de espacio mucho más amplia que las redes sociales y la cantidad de información que manejas también es más profunda.

Entrega y optimiza tus contenidos​

Ahora que tienes todo listo, es momento de publicar y mantener la constancia, pero esto no ha hecho más que empezar. En cuando publicas contenido, pones en marcha un engranaje que no para de dar vueltas. Tu comunidad responderá ante tu contenido y tú deberás ser capaz de entender el feedback que recibes para determinar si la estrategia que has puesto en marcha, funciona o no y por qué.

La retroalimentación es muy importante. Entre todo el contenido, encontrarás patrones que se repiten: ya sea un determinado formato, un tono en la forma de comunicar o la forma en la que tratas un mismo tema. Formula hipótesis y ponlas a prueba generando nuevo contenido para validarlas, e irás viendo cómo tu contenido sale reforzado y cada día llega a más personas.

En las redes sociales, por ejemplo, se suelen testear distintos diseños para comprobar cuál de ellos genera más interacción. Un cambio tan simple como usar un formato de imagen más alto o estrecho, puede hacer que tus publicaciones consigan más o menos visibilidad. Con los textos en tu blog puede ocurrir lo mismo: algunos temas pueden funcionar mejor que otros y es probable que los textos largos también te ayuden a conseguir una mejor posición que los cortos. ¿Lo has comprobado ya?

Promociona y haz un seguimiento de tus contenidos​

Crecer de manera orgánica tiene su lado bueno, y es que requiere menores costes que las acciones de pago. Sin embargo, puede llevar tiempo, sobre todo cuando la competencia es alta y nuestro contenido no destaca entre la multitud. Para acelerar los resultados, a menudo las acciones se apoyan en acciones de performance, como la inversión publicitaria.

Las redes sociales son un buen ejemplo. Facebook ha democratizado el acceso a la publicidad a toda la población con precios que van desde 1€ al día, algo que prácticamente todos nos podemos permitir. Invertir en publicidad puede darte el impulso que necesitas al principio, sobre todo si sientes que estás generando contenido de mucho valor y aún así no genera resultados.

Y lo que es más importante: date tiempo. Algunas acciones requieren tiempo para ofrecer resultados, como las técnicas de posicionamiento SEO. Lo más importante es que habrás comenzado a dar tus primeros pasos para posicionar tu marca, crecer tu comunidad de usuarios o clientes y convertirte en la marca personal o negocio con el que sueñas.

De nuevo, no olvides que se trata de un ciclo y no de un trabajo lineal, y que cuando has terminado de publicar esos contenidos, vuelves a la primera fase del proceso. Cuando hayas acabado tu estrategia, revisa el cumplimiento de los objetivos, lo que ha funcionado y lo que no, y traza una nueva estrategia. Habrás cometido errores, pero seguro que también aciertos, y esa nueva estrategia será mucho mejor que la anterior. Si sigues este mismo proceso una y otra vez, ten por seguro que poco a poco irás consiguiendo objetivos más ambiciosos y en menos tiempo.